Se trata de un óleo sobre tabla del siglo XVI destacado como ‘Pieza del Mes’ de mayo de 2013 por la Institución museÃstica medinense.
másMedina.— Durante el mes de mayo de 2013 podrá contemplarse en el Museo de las Ferias de Medina del Campo, como ‘Pieza del Mes’, una delicada tabla flamenca en la que se representa a la ‘Virgen de la leche’, cedida por la Iglesia del SantÃsimo Salvador de Valladolid, según ha informado hoy la Institución museÃstica medinense.
Esta obra fue atribuida en su momento a un pintor aún sin identificar del cÃrculo de Joos van Cleve, maestro activo en Amberes durante el primer cuarto del siglo XVI. La perfección del dibujo y el interés por el detalle descriptivo, son caracterÃsticas habituales en las pinturas de este tiempo procedentes de los PaÃses Bajos; asà ocurre también en este destacado ejemplo de la producción artÃstica nacida en los talleres de la ciudad del Escalda, con los que se mantenÃan continuas relaciones comerciales desde Medina del Campo en los tiempos de las grandes ferias.
El ciclo ‘La Pieza del Mes’, por el que el Museo de las Ferias da a conocer una pieza destacada de la provincia, cuenta con el patrocinio de la Diputación de Valladolid.
Según informa el director del Museo de las Ferias, Antonio Sánchez del Barrio, «La representación de la Virgen dando el pecho a su Hijo es un tema recurrente en la pintura de los PaÃses Bajos de los siglos XV y XVI, lo que ha propiciado la existencia de numerosas versiones y variantes. El tipo iconográfico viene de muy lejos y, en opinión de Réau, quizá sea el más antiguo de los dedicados a MarÃa, en tanto que la Virgen nutricia aparece ya en las civilizaciones antiguas y se cristianiza muy pronto, conociéndose representaciones desde el siglo II, como la pintura mural de la catacumba de Priscila, en Roma.
«En nuestro caso, la Virgen y el Niño aparecen de medio cuerpo, ante una mesa (?) de madera en la que hay depositadas una pera, media nuez y una manzana; los cubre un dosel carmesà con bordados dorados del que cuelgan cinco borlas; el fondo es un paño oscuro con dos tiras verticales también doradas, junto al que se abre una ventana en la que se deja ver un paisaje campestre formado por una casa de cubierta vegetal, emplazada al pie de un rÃo y rodeada de una frondosa arboleda; varias figuras esbozadas de campesinos y animales animan el conjunto. La Virgen muestra un rostro ovalado, de facciones delicadamente abombadas y cejas apenas esbozadas, que dirige la mirada al Niño; viste un manto verde azulado rematado con una cenefa dorada y una camisa de mangas encarnadas con puños de piel; en la cabeza luce un vaporoso velo con numerosos pliegues, sujeto con una diadema de perlas y pedrerÃa, que cubre buena parte de una larga cabellera rubia recogida en dos trenzas. El Niño, también de pelo rubio muy rizado, se abraza al pecho de su madre mientras mira al espectador. Todas estas caracterÃsticas de estilo y composición, unidas al tipo de soporte, una fina tabla de roble, nos inducen a pensar en una casi segura procedencia flamenca de la obra.
«La pintura fue dada a conocer en 1964 por el profesor Caamaño (BSEAA, t.XXX, Valladolid, 1964, pp.328-329), al poco tiempo de ser donada por un particular a la iglesia de El Salvador de Valladolid. En el mencionado estudio se advertÃa su estrecha semejanza con otras obras nacidas en los talleres de Joos van Cleve y Jan Gossaert, asà como con la producción pictórica de varios artistas seguidores de los referidos maestros. AnalogÃas de dibujo y estilo, composición e iluminación de las figuras, aconsejaron entonces su atribución al cÃrculo del primero de los pintores citados, durante su etapa profesional en Amberes, en las primeras décadas del siglo XVI, antes de volcar su interés por los modelos de la pintura italiana.
«Concluimos mostrando las analogÃas que encontramos entre la tabla de la iglesia de El Salvador con otras dos también adscritas al taller de Joos van Cleve. En primer lugar, con la titulada ‘Madonna y el Niño’ conservada en el Nelson-Atkins Museum of Art de Kansas City: ambas parecen copiadas de un mismo modelo (si es que una no lo es de la otra), aunque en ésta no aparezcan ni la ventana abierta al paisaje rural y ni las frutas del bodegón; en segundo término, con otra tabla del mismo tema y parecidas dimensiones que se custodia en la iglesia de San Lorenzo de la localidad soriana de Yanguas, en cuyo caso las figuras aparecen dispuestas de modo especular respecto a la de Valladolid. En suma, creemos que la atribución propuesta hace ahora medio siglo ha de mantenerse por el momento hasta conocer nuevos datos o informaciones concretas de la pieza, de cuya historia particular tan sólo sabemos los nombres, quizá de anteriores propietarias, de ‘MarÃa’ e ‘Ynés de…’, escritos a tinta en el reverso de la tabla«.