El personal demandará a la empresa a la que considera solvente por su vinculación con Agropecuaria del Norte (Agronor).
másMedina. Tordesillas.— El antiguo esplendor del Hotel el Montico se apagó definitivamente el pasado martes 12 de noviembre, dejando una deuda de unos 272.000 euros a su plantilla, 17 trabajadores cuyo contrato fue extinguido ‘por causas económicas’. El señero establecimiento, que fue un referente de la hostelerÃa de Castilla y León, cerró sus puertas después de 37 años de actividad.
Representantes de la empresa aseguran que se trata de un cese definitivo, aunque su página web anunciaba ese mismo dÃa: “Más adelante emitiremos un comunicado donde les anunciaremos la fecha de apertura. Disculpen las molestiasâ€. El texto aparece a la vez que se publicita la cuarta y última fase en venta de parcelas y chalés por parte de la entidad.
Precisamente la existencia de esos bienes inmobiliarios y la relación con ‘Agropecuaria del Norte’ (Agronor), con sede en Madrid, son algunos de los motivos que han llevado a 16 de los 17 trabajadores despedidos a demandar a la empresa, a la que consideran solvente. Aseguran haber sido “engañados con promesas incumplidas en el tiempoâ€. Un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) puso punto final sin indemnizaciones y con salarios pendientes de cobro, por “quiebra totalâ€.
El que fuera representante de los trabajadores del hotel por parte de UGT, Fernando Sánchez Pastor, aseguró el dÃa del cierre que los despedidos se ven abocados a pedir el 40% del valor de sus indemnizaciones al Fondo de GarantÃa Salarial (Fogasa) pero la empresa, a su juicio, es solvente. Los trabajadores decidirán en los próximos dÃas si solicitan un embargo preventivo de los bienes de la empresa; que sus despidos sean calificados como improcedentes para que les sea abonada una indemnización de 45 dÃas por año trabajado, o si se presentan “a un concurso de acreedores que se ha abierto en Madridâ€.
Los trabajadores han firmado el recibà pero “no el conforme†de sus finiquitos, en los que se les debe las nóminas de varios meses y los pagos proporcionales a pagas extras y vacaciones “por valor de unos 4.000 euros de media a cada trabajadorâ€. Asimismo, la empresa ha avisado de que no podrá pagarles los 12 dÃas que les corresponde de la indemización por despido, lo que supone “otros 12.000 euros por trabajador, calculando la mediaâ€. De esa forma, los empleados sólo cobrarÃan los 8 dÃas por año que le corresponde abonar al Fogasa.
El representante de los trabajadores asegura que en este asunto hay “algunas cosas rarasâ€, como la compra de gasoil de calefacción por parte del hotel el pasado lunes. Este abastecimiento “se tuvo que pagar al contadoâ€, señala Sánchez Pastor, “porque el proveedor no le fÃaâ€. Además, han contratado a un operario para vigilar las instalaciones “que creemos que forma parte de la plantilla de Agronor, a cuyas oficinas derivan ahora los teléfonos del hotelâ€.
Asà las cosas, el martes las instalaciones permanecieron cerradas por primera vez. Ningún operario en recepción, ni en los jardines. Las furgonetas del establecimiento descansaban solitarias en el aparcamiento y el mobiliario, a través de las ventanas, se podÃa ver cubierto por sábanas para evitar el polvo.
Representantes de la empresa aseguraron el pasado 29 de octubre que no ven viable reflotar el negocio, aunque confÃan que un nuevo propietario, o un emprendedor que lo mantenga en alquiler, pueda relanzar el establecimiento de tres estrellas, que cuenta con 63 habitaciones y restaurante.
El consejero delegado de Hotel El Montico S. L., César de Diego, explicó que la situación durante los últimos meses ha sido de “asfixia económicaâ€. Por poner un ejemplo, los banquetes de boda han “tocado fondo†con sólo ocho este año, cuando llegó a registrar hasta 60 anuales. Esa progresión se refleja también en el número de trabajadores, 17 en la última etapa cuando llegó a contar con 40.
El hotel se inauguró en 1976 con actividad de temporada y en 1983 pasó a abrir todo el año. Además de la celebración de esponsales, su actividad se basó en eventos como las concentraciones moteras Pingüinos y Motauros, congresos de partidos polÃticos y sindicatos, grandes eventos y su servicio de restauración.
Una verdadera lástima, este lugar era impresionante, es una pena que por una insolvencia y una deuda acumulada haya dejado de funcionar sin buscar alternativas para su reflotación.